En 1988 se censuró en el país la película La Ultima Tentación de Cristo dirigida por Martin Scorsese. La Oficina de Censura era un órgano del Ministerio de Gobernación.
Los censores había resuelto que la película era ofensiva y denigraba los valores morales, por lo que se decretó prohibir su exhibición.
Hoy el mantra de la izquierda es: «no debe haber tolerancia con el intolerante».
Estamos cerca de volver a quedar a merced del burócrata de turno para que nos diga qué se debe tolerar y qué no.
El problema es que cuando esto sucede, se nos arrebata un grado más de libertad. Y de lo que se trata es de ser más libres, no menos.
Sergio Villalta - Blog 
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